El privilegio del político del Siglo XXI

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(Rocío Rodríguez/Estudiante de Periodismo en la UMA) Tenía 16 años cuando di mis primeras clases de filosofía. Una niña ilusionada por esa asignatura que no sabía muy bien de qué iba a tratar. Temía que fueran unas clases de historia, pero fueron unas clases sobre la vida.

Si algo me enseñó mi profesor de aquellas clases tan reveladoras fue la libertad. Libertad de todas y cada unas de las personas. Y la otra lección que aprendí fue el significado de la política. Mi profesor explicaba que “política” proviene del griego: polis, que significa ciudad, la cual en Grecia era democrática. Él decía que un buen político era el que buscaba el bien de la polis, el pueblo y su forma de mejorar.

Sabiendo todo esto el primer día que tocas la filosofía, te pones mucho a pensar, pues ya vas teniendo conceptos claros de lo que ocurre en tu país o la situación que estás viviendo. Una niña del 99 ha vivido una crisis económica que había afectado a todo el país, incluyendo a sus padres, ha visto más elecciones de las necesarias y ha oído todo tipo de quejas sobre la política en España. Esto se quedaba todo en darle vueltas a la cabeza después de clase.

Un día, llegué de nuevo a filosofía con una lección de historia y el profesor habló de Montesquieu y la “Separación de poderes”. Ese señor francés que dejó claramente diferenciados el poder legislativo, ejecutivo y judicial. Es decir, una persona puede sustentar un poder, pero no todos a la vez. De esta forma, unos detenían a otros si se sobrepasaban.

Ayer, vi como la base de la democracia, que es esta separación de poderes junto a la decisión del pueblo, se veía corrompida ante la decisión de la Unión Europea. La justicia dictamina quiénes cumplen o incumplen las leyes y TODOS somos iguales ante la ley. Sin embargo, un político encarcelado es inmune solo por ser político en Europa. ¿Cuándo se ha permitido al poder político (ejecutivo) estar por encima del poder judicial? Todas las clases de filosofía acudieron a mi mente al ver como esto era celebrado por personas que debían entender lo que significaba ser político, pero solo muestran egoísmo y superioridad por serlo.

Me pregunto si esa persona encarcelada fuera un médico, una carnicera, un limpiador, una profesora… ¿habría tenido inmunidad en Europa?¿Podría yo, una simple estudiante, salir del país y escapar de la justicia? Porque es un privilegio que solo se les da a políticos, personas que están ahí supuestamente para mirar por quienes hablan, pero solo buscan publicidad y fama.

No importa quiénes son, ni lo que han hecho, ni la sentencia impuesta. No deberían importarnos sus nombres, ni sus ideales. Nos debería importar lo que se les está permitiendo hacer, los privilegios que sustentan por ser políticos que han conseguido un poco de poder y no lo sueltan.

Señores y señoras catalanes y catalanas, ¿de verdad vais a apoyar la falta de democracia que vuestros líderes están cometiendo? ¿De verdad animáis a personas que por tener un sueldo que sale de nuestro bolsillo se consideran mejores que nosotros? ¿De verdad vamos a permitir que España participe en la caída de la separación de poderes? Y señores y señoras de Luxemburgo, ¿de verdad creéis que el pueblo puede permitirse ver como personas con poder huyen tan fácilmente de la justicia?

TODOS somos iguales ante la ley y en la vida, a eso nos educaron. No podemos callar cuando vemos que a todo un país se está tomando el pelo. No importa quiénes sean, ni lo que hayan hecho, solo cómo tienen más derechos que el pueblo. Y el pueblo está ciego. Cualquier político es igual que tú, una persona de carne y hueso. No son inmunes, son privilegiados.

Una vez, empecé a dar clases de filosofía (esa asignatura que los políticos querían eliminar) y entonces, aprendí el significado de la libertad, la política, la democracia y la crítica.