Una vez más, charlas conmigo misma

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Una vez más, mi querida Esperanza, vuelves a charlar contigo misma.

Hacía tiempo que no escribías nada; a veces la vida se pone cuesta arriba y no te deja ver claro, pero hay que ser valiente y coger el toro por los cuernos.

Últimamente (según las noticias) me da la impresión de que el mundo se esta volviendo loco.  ¡Mira que decir las veganas que las gallinas son violadas! Ya es lo último que me quedaba por oír. ¿A dónde vamos a llegar?

No tenemos bastante con las mujeres muertas y la falta de un gobierno estable, para que encima gente sin nada que hacer salga en las redes sociales para difundir estupideces.

No sé; será que ya estoy mayor. Hay problemas mucho más importantes como el paro, la falta de viviendas, la educación, la sanidad y, sobre todo, la humanidad.

Este mundo está tan distorsionado, que no sabemos ya qué hacer para llamar la atención. Yo les diría a tantas desocupadas, que se culturicen un poco, que lean libros, que todo, todo, está en ellos.

Así veo yo la vida….

MAREMÀGNUN

 

La vida me parece un maremágnum
igual que un manantial omnipresente,
cada cual caminando a su destino
y no importa el pasado ni el presente.

Olvidando el encanto del silencio,
no oímos el sonido de la brisa
ni vemos el fulgor de las estrellas;
la luna ya no importa con las prisas.

 

La Ciudad con sus luces de neòn,
nos impide mirar las cosas bellas;
su ruido sin cesar, atronador,
parece que te envuelve, que te lleva.

 

Mientras camino, yo pregunto al tiempo:
¿Para qué tanta prisa y tanto olvido?
Y el tiempo me responde: ¡Es el progreso
arramblando con todo lo vivido!