La planta de biogás del vertedero de Valsequillo permite producir electricidad para abastecer 1.400 hogares

Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 40 segundos

En la instalación se realiza la combustión de los gases que se generan por la descomposición de las basuras

El Consorcio de Residuos obtiene el reconocimiento por el registro de la huella de carbono que genera su actividad


El Consorcio Provincial de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) de Málaga, formado por la Diputación y 91 municipios de la provincia, está plenamente comprometido con las actuaciones para intentar frenar el cambio climático. En este sentido, no solo está consiguiendo reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEIs), sino que también, a través del aprovechamiento del biogás generado por la descomposición de las basuras, logra producir energía eléctrica para abastecer 1.400 hogares durante un año.

El biogás es un gas combustible que se obtiene como consecuencia de la desgasificación del vertedero. El complejo medioambiental de Valsequillo cuenta con una planta de biogás que tiene como doble objetivo cumplir con las normas europeas sobre emisión de gases en vertederos controlados de residuos sólidos urbanos y producir energía eléctrica de una fuente renovable.

Durante el año pasado, en esa planta se obtuvieron 7.110.323 metros cúbicos de biogás, lo que permitió generar 13.685.000 kw/h, lo suficiente para atender a casi 1.400 hogares.

Además, en el vertedero clausurado de Casarabonela también se dispone de una instalación para controlar las emisiones de GEIs, que trató 624.618 metros cúbicos normalizados de biogás durante 2017.

El diputado de Sostenibilidad y presidente del Consorcio Provincial de RSU de Málaga, Francisco Delgado Bonilla, explica que este proceso de desgasificación reduce notablemente las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que, aunque se emite a la atmósfera CO2, este es 23 veces menos contaminante que el metano que se desprende al aire libre por la descomposición de las basuras.

Delgado Bonilla destaca que hay una apuesta firme por parte del Consorcio para contribuir a la lucha contra el cambio climático, “porque no solo realizamos trabajos de recuperación y de reciclaje de los residuos, sino que también nos implicamos para disminuir las emisiones de los gases de efecto invernadero”.

“Es una muestra muy palpable -añade- de que estamos realizando una mejor gestión del tratamiento de los residuos, contribuyendo no solo a una mayor eficiencia energética de los recursos que utilizamos, sino también realizando nuestra aportación a la mejora del medio ambiente”.

Sello de registro de la huella de carbono

El diputado de Sostenibilidad incide en que se ha reconocido al Consorcio con un sello por el esfuerzo realizado para el registro de la huella de carbono que generan sus actividades, en este caso las correspondientes a 2015 y 2016.

Los resultados obtenidos arrojan que, en un año, las emisiones se han reducido de 131.723 toneladas de CO2 en 2015 a 121.195 toneladas de CO2 en 2016, lo que supone un 8% menos. Aquí se incluyen tanto emisiones directas (producidas por los vehículos, la maquinaria y las actividades de tratamiento de la basura) como indirectas (por consumo eléctrico).

Actualmente, se está a la espera de la auditoría para el cálculo de la huella de carbono correspondiente a 2017.