Charlas conmigo misma: El Otoño

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Esperanza Mena Si seguimos la actualidad, tendría que hablar de esos máster fantasmas que pululan por las noticias políticas, pero como a mí no me gusta hablar de política, prefiero hablar del tiempo.

Dicen que ya ha llegado el otoño, pero si nos fijamos en el tiempo, no parece que haya llegado.

El sol es el rey absoluto; seguro que al verano no le gusta dejar las playas vacías, y sigue brillando a sus anchas. No es que no me guste el verano, pero ya va apeteciendo un poco de aire fresco, y a mí me encanta el otoño.

Me gusta ver la caída de las hojas, me gusta su color amarillo oro, y ese aroma de tierra mojada…

Es la estación más interesante (junto a la primavera) para los poetas; parece que ese clima bucólico les invita a escribir bellos poemas, y yo que soy una aprendiz de poeta no voy a ser menos.

Así que os mando un poema como muestra.

 

                    SU MAJESTAD, EL OTOÑO

El otoño está llamando a los cristales

y el verano no le deja traspasarlos,

no quiere abandonar las bellas playas;

su sol sigue luciendo en solitario.

Y los árboles esperan con paciencia

que el otoño los cubra con su manto,

para quitarse el traje de hojas verdes

y dejar en el suelo su regalo.

Hojas muertas movidas por el viento

una alfombra en el suelo van dejando

color oro y marrón enmohecido…

y una vida debajo van formando.

Las aves poco a poco van marchando

a lugares donde puedan descansar

y donde al fin de nuevo en Primavera

a está tierra su vuelo las traerán.

Me gusta sin dudar a mí el otoño

su paisaje me invita a descansar,

ese color dorado de los árboles

con ese aroma a tierra virginal.

Como soy una vieja visionaria

que suele ver en todo una poesía

me moriré, cantando a la belleza

y diré lo que me gusta de la vida.