Charlas Conmigo Misma: Con el corazón en la mano

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(Esperanza Mena) Hoy vamos a hablar del amor una vez más: pero no del amor de juventud, ese que es como un ciclón que todo lo arrastra, sino de ese otro amor de la vejez, un amor callado, sosegado, sin sexo, sin caricias, sin nada, solo un cariño verdadero y un respeto hacia tu compañero, con el que has convivido más de 50 años y sigues a su lado.

No por fidelidad, sino por cariño verdadero y un respeto absoluto por la persona que lleva más de media vida a tu lado.

Estoy hablando con el corazón en la mano, siempre lo hago, pero hoy con más razón; ya a mi edad reflexiono mucho sobre la vida y sus consecuencias, y he llegado a la conclusión de que el amor sigue moviendo el mundo.

Creo que algunos  de los lectores (si es que me leéis) estarán en mi misma situación, y a otros, si son jóvenes, me gustaría darles un consejo: el amor hay que cuidarlo y mimarlo y, sobre todo, respetarlo… Pensad que es como un rosal: si lo cuidáis, os dará hermosas rosas; si no, solo os dará espinas.

AMOR LOCO, LOCO AMOR

Si del mismísimo infierno
algún día me llamaras,
solo por besar tu boca
al averno yo bajara.

Es mi amor por ti tan grande,
que ni al infierno temiera
si tuviera que buscarte.

Desde el día que te vi
mi corazón quedó preso
y ya no supe vivir
sin el sabor de tus besos.

El amor es darlo todo
sin recibir nada a cambio
y eso es lo que hago yo
con el paso de los años.

El fuego ya se apagó
con el paso de los años;
solo nos queda el amor.

Pero muy dentro del alma
el potro de la pasión
sigue latiendo con ganas
al ritmo del corazón.