“Paremiología III de Juan de Portoplano”

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                         Intentar insertar en una frase de veinte o cuarenta palabras un estado de la realidad y de lo real, de la psique y de la mente, y de la consciencia y de la consciencia, del conocimiento y del entendimiento, de la cultura y de la interpretación cultural. Todo eso para intentar comprender un poco lo que llevamos dentro y lo que observamos fuera. No escribo, al menos ahora, para lucirme y por vanidad y por soberbia, creo que siempre y ahora, he escrito porque he observado y pensado, y algo de todo ello, he creído conveniente pasarlo a otros, que otros lo maticen y perfilen.

                        – Al final, usted no estará de acuerdo o en desacuerdo con alguna idea o concepto o frase que exprese personalmente, pero debe usted saber, que no la he inventado yo, posiblemente sea tomada de siglos de evolución cultural. Por otro lado, nunca he indicado que tenga la perfección y la sabiduría absoluta, y en tercer lugar, no me pagan por estos escritos, de alguna manera le estoy regalando ideas y frases, por tanto, aunque no esté usted de acuerdo con ellas, tenga una cierta valoración, porque otros, en este tiempo lo dedican a otras cosas.

                        – Tenemos que encontrar el equilibrio, por un lado la libertad de pensamiento y de expresión y de conceptualización para con respeto y tolerancia, hablar con racionalidad de cualquier tema, y al mismo tiempo, ser conscientes y tolerantes con las personas que no están de acuerdo con ese pensamiento. Imaginemos que estamos hablando de una realidad equis, y estamos de acuerdo o en desacuerdo, tenemos derecho a expresar nuestra opinión e ideas y argumentos y razonamientos, con prudencia y moderación, pero al mismo tiempo, las personas zeta que están bajo esa concepción equis, no deben ser castigados, ni censurados, ni discriminados, en ninguna manera o forma.

                        Pongamos un ejemplo, más claro, podemos indicar que el sobrepeso no es bueno, ni positivo, por tal o cual razón, por diversos argumentos, pero después, los sistemas jurídicos y sociales, no pueden sancionar o castigar o marginar o silenciar de ninguna manera, a ese colectivo de sobrepeso, entre los que me encuentro ahora mismo, ni marginar de ninguna manera, a ese colectivo o a ninguna de esas personas. Esto aplicarlo a todo.

                        Porque si no se permite lo primero, no se permite la libertad de pensamiento y expresión, sino se permite lo segundo, no se permite la libertad de tolerancia y personal. Y ambas libertades se necesitan y se ayudan.

                        – Si un colectivo equis, se atrinchera con una ideología, y no permite que otras personas que no estén de acuerdo con esa ideología o con parte de ella, no puedan expresar sus ideas, entonces, nos encontraríamos que no habría libertad de pensamiento, ni de expresión, ni de crítica, ni de autocrítica, estaríamos situados en una especie de censura social, similar a la que sufrió Galileo, pero ahora no en temas científicos, sino en temas sociales. Pero si por otro lado, a las personas que tienen una ideología o una forma de vivir o existir, siempre con márgenes muy amplios de la ley, la tolerancia, etc., se le castiga o se le sanciona o se le margina por tener unos hábitos o costumbres o actos, siempre según la ley, entonces, estaríamos censurando y haciendo mucho daño a personas muy concretas. Por lo cual encontrar un equilibrio entre las dos posturas, que es muy difícil es necesario, para que al mismo tiempo, las personas puedan vivir y existir, pero al mismo tiempo vayan avanzando los modos de ser y de saber. Se puede criticar por ejemplo, analizar y valorar y dar razones, que la prostitución es mala y negativa, desde muchos puntos de vista, pero después, las personas que se dedican a ello, no deben ser marginadas, ni silenciadas, ni castigadas… Y esto aplicable a multitud de campos y de realidades y entidades…

                        – Aquellas personas que no están de acuerdo con los derechos de la mujer, de las mujeres, me pregunto, si es que no han tenido madres o abuelas o bisabuelas, o hijas o nietas o biznietas… ¿O es que les gustaría quitarles derechos a sus biznietas o a sus abuelas…, siempre que esos derechos sean prudentes y legales y morales…? En general es fácil encontrar la verdad sobre este tema, todo lo que sea bueno para los varones, es bueno para las hembras, todo lo que sea bueno para las mujeres, es bueno para los hombres… ¡Y nada más…!

                        – Si quieren de verdad aumentar la justicia en el mundo, deben implantar grandes leyes y principios constitucionales justos, y en segundo lugar, que los pueblos e individuos y sociedades, con tolerancia y libertad sigan y respeten éticas y morales correctas. Por lo general en el mundo, hay épocas de grandes leyes justas, de marcos jurídicos y constitucionales bastantes perfectos, pero las éticas y las morales de entidades y colectivos e individuos, deja mucho desear, y por tanto, no existe un mundo justo, o por el contrario, los niveles éticos y morales de la sociedad y de individuos, es altamente ético y moral, al menos a nivel teórico, pero los marcos jurídicos, son deficientes, en muchos sentidos, y por tanto, no existe justicia y equidad, sea por un conjunto de factores o de elementos, de un grupo o de otro…

            http://twitter.com/jmmcaminero            © jmm caminero (03-29 mayo 2018 cr).

Fin artículo 1.332º: “Paremiología III de Juan de Portoplano”.

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