“Enigma y misterio de Cervantes y el Quijote”

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                       Todo ser humano es un enigma y un misterio, en gran parte, para si mismo, en gran parte para los demás. Si además es considerado un genio, porque construye una obra genial, que además es considerada así por varias generaciones y varios siglos, entonces, empezamos el resto de seres humanos a intentar indagar el misterio de esa genialidad, de ese ser humano que ha construido esa genialidad, para de ese modo, intentar entendernos y comprendernos mejor a nosotros mismos. En este infinito caleidoscopio de espejos y colores, vamos a intentar, a mostrar algunas catas o degustaciones, sabiendo que siempre serán poca cosa, porque todo ser humano, haya realizado una obra genial o no, es un misterio y un enigma.

                        – Desde hace mucho tiempo, me he preguntado, si los investigadores de la literatura y de la historia habrán investigado lo suficiente, no solo de Cervantes, “Cerbantes”, como él firmaría, sino de sus antecesores y antecedentes, de sus descendientes, de sus hermanos. Quizás, esa acumulación de datos, nos darían nuevas visiones y perspectivas. Ciertamente conocemos algunos aspectos de su realidad, pero creo que en los archivos habría más. Conociendo su familia, en sentido amplio, de varias generaciones, quizás sería más fácil entender a la figura principal. Lo mismo creo que sucede con Teresa de Jesús, antecesores, hermanos y sus viajes, etc. ¿qué quedará de Cervantes y de su hermano en Italia, en Roma…, quedará algo por descubrir…?

                        – Cada época es convulsa, tiene grandezas y miserias, ciertamente, en cada época, a unos seres humanos les va mejor en la vida y a otros, a otros peor. O quizás, deberíamos indicar, en algunas facetas, a algunos seres humanos les va mejor, y en otras, les va peor, según la media de la población. Y éste ha sido el devenir del mundo, a lo largo de siglos y milenios, cambian las culturas, los tiempos, las épocas, las ideologías, pero los seres humanos, al menos hasta ahora, hechos de carne y mente y alma, sufren angustias y sienten felicidad, ambas cosas, repartidas de mil modos y de mil maneras, somos una enorme tarta de felicidad e infelicidad.

                        – Siempre me he preguntado cómo a Cervantes se le atribuye un retrato, que a su vez es una copia de un original perdido, me he preguntado tantas veces, cómo Cervantes, se haría un retrato, cómo haría un retrato si tenía, según parece ser, tantas penurias económicas, en casi la totalidad de su vida. Quizás, cabe la hipótesis de la amistad, quizás, cabe la posibilidad de que algún mecenas le pagase el retrato, quizás es todo una invención de la historia, de no soportar que el mayor escritor de las letras españolas, no tuviese un retrato y de alguna manera tapar esa herida histórica y cultural. Que el mayor escritor de las Españas, no conociésemos hasta estos últimos meses y años, el supuesto lugar de enterramiento.

                        No lo sé, quizás, la función de los artículos periodísticos, entre otras, es lanzar al aire preguntas, mostrar los cueros y los vestidos del autor, es decir, no solo lo que sabe, o cree saber, sino lo que no sabe.

                        – La nariz aguileña, siempre ha sido interpretada como un rasgo de origen judaico y hebraico. No podemos ignorar que las letras de Europa, las letras de España, en la literatura, y también en filosofía, no serían iguales, sin todos los descendientes de judíos, que a lo largo de los siglos se han derramado por España y por Europa. Si ustedes analizan un catálogo, tanto de escritores españoles, de primera fila, casi la mitad, por no decir la mitad del siglo de oro, son de origen judío, y si ustedes hacen lo mismo en Europa, no sé en qué proporción, pero existen una multitud de escritores y pensadores y filósofos judíos, una proporción mucho mayor que el tanto por ciento de población que representan o que eran en cada tiempo.

                        Me he preguntado muchas veces, por esa proporción, y siempre he llegado a varias conclusiones o posibilidades, que existirán otras añadidas, que el pueblo judío es un pueblo del libro, y un pueblo lector, un pueblo de la Biblia y del Talmud. En segundo lugar, un pueblo que siempre ha estado perseguido, por lo cual, se veía obligado a analizar mejor la realidad y las circunstancias, y por tanto, de reinterpretar la realidad de otras maneras y de otras formas. Un pueblo que ha intentado vivir y sobrevivir. Y en ese vivir y sobrevivir, le es obligatorio entender la realidad, al intentar entenderla y comprenderla, puede adquirir las armas para sobrevivir, lo que le dejaban ser, el comercio de mercancías, y en segundo lugar, los oficios y profesiones que hoy denominaríamos liberales, y por consecuencia, también el comercio de ideas y de palabras y de cultura. Bien haría Europa y España no olvidar que Europa y España no serían sin Roma, sin Atenas-Esparta, sin Cartago, pero tampoco serían sin Jerusalén, sin los bárbaros, sin tantos pueblos y civilizaciones que han ido pasando por el Mediterráneo y el Norte de Europa y… Cristalizando en varias capitales, podríamos decir que Europa es la suma de civilizaciones, Atenas-Esparta-Jerusalén-Roma-Cartago-etc.

                        – Para terminar y no cansar más, porque Cervantes y el Quijote, del que no hemos hablado, pero que está como sujeto elíptico del mismo Cervantes, es inconmensurable, igual que todo ser humano, siempre está presente la pregunta, que en estas últimas décadas se ha hecho en la Piel de Toro, por algunos egregios personajes de la cultura y de la edición, “¿hoy no se perdería un Quijote?”.

                        Solo nos queda responder a esa cuestión, que hoy, al menos, la cultura, con tantos brazos como tiene, podría crear Centros Documentales virtuales o reales, que conservasen todas las obras que se creasen, estuviesen producidas por autores de gran renombre, o que no lo tienen. Porque al final, ni en tiempos del Quijote, se sabía o se conocía o se interpretaba, que esa obra sería tenida generaciones después, como una de las obras más geniales de todas las culturas. Conservemos para el futuro, toda la producción de hoy, incluso la que no se publica en editoriales, porque quizás dentro de un siglo, se perciba de un modo distinto la producción del presente. ¿Hoy cuánto daríamos por las múltiples y diversas comedias que parece ser que Cervantes escribió, y que se han perdido…?

                        O acaso habría que hacer otra pregunta, ¿no interesa que se conserve demasiada producción del presente, no vaya a evaluarse de otro modo, el presente, cada presente…? ¡¿Y eso, es quizás lo que se intenta evitar?!

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