El cine que nos parió

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Más de 300 personas visitaron la exposición ‘El cine que me parió…y los amigos que lo soñaron conmigo’, que permanecerá en el Ateneo de Málaga hasta el próximo 27 de julio



 ‘El cine que me parió… y los amigos que lo soñaron conmigo’ es el título de la exposición que se inauguró el pasado sábado en el Espacio Frank Rebajes del Ateneo de Málaga y que realiza un recorrido por las cintas que marcaron la infancia y niñez del ilustrador y diseñador malagueño, Agu Méndez. Más de trescientas personas, entre grandes y pequeños, acudieron a la cita e hicieron un recorrido por títulos universales como ‘Rocky’, ‘Grease’, ‘La Guerra de las Galaxias’, ‘E.T., el extraterrestre’ o ‘Los Gonnies’, que forman parte del tejido que compone el imaginario común de una generación, la que nació cuando la democracia española aún no había echado los dientes.


A estas obras maestras del séptimo arte le debe Agu Méndez buena parte de su universo como creador. El Ateneo de Málaga sirvió como escenario de un viaje en el tiempo que regresó a 1976 para abarcar la década de los ochenta. La memoria cinematográfica del ilustrador Agu Méndez fue el particular DeLorean que invitó a los más de 300 asistentes a la inauguración a volver a los años en los que Rocky era un héroe, el mejor amigo de un niño podía ser un extraterrestre y la vida se tomaba a guasa incluso cuando te iban a crucificar. Recuerdos de los niños de toda una generación que Agu Méndez ha interpretado trasladando a su propio universo títulos de películas tan emblemáticas como ‘Grease’, ‘La princesa prometida’ o ‘La vida de Bryan’, entre otras. La exposición ‘El cine que me parió’ realiza un recorrido personal y compartido por el cine que identifica a los niños que ahora rondan los cuarenta. El subtítulo de la muestra (y los amigos que lo soñaron conmigo) resuelve compartir esta pasión con invitados a este banquete de sueños con los que Agu ha querido repartir juego. Así, películas como ‘La Guerra de las Galaxias’, ‘Karate Kid’ o ‘Willow’ van acompañadas de miradas, reflexiones y recuerdos de colegas, amigos y compañeros de viaje del ilustrador que, como Sloth quiere a gordi en ‘Los Goonies’, considera a sus amigos el más entrañable de los tesoros.


Las cintas que marcaron la infancia y niñez del artista pasan ahora por el tamiz de la mirada fantástica de un ilustrador con un sello muy personal, con el que consigue retratar a grandes personajes sin despojarlos de su esencia y, al mismo tiempo, hacer que todos formen parte del universo del Sr.Sleepless (el nombre con el que Agu Méndez firma sus trabajos). La exposición, que permanecerá abierta al público hasta el 27 de julio en la primera planta del Ateneo, celebra además el primer aniversario del Cineclub Croma, colectivo que programa sesiones coloquio en torno a la figura de un autor, actor, género, técnica o corriente cinematográfica.


La muestra consta de trece obras con alguna que otra sorpresa, en las que el autor da vida al código de símbolos que caracterizan sus creaciones: personajes tatuados, trazos oníricos, miradas que traspasan el papel. Esta exposición es la previa a un proyecto de mayor envergadura que abarcará las diferentes etapas de la vida del Agu Méndez, adolescencia, juventud y madurez, a pesar de que él mismo reconoce que su cine favorito sigue siendo el de su niñez. En este aperitivo reinterpreta los carteles de sus películas más queridas, desde el año de su concepción -1976- hasta 1988, cuando considera que terminó su niñez.


Sr. Sleepless o, lo que es lo mismo, Agu Méndez, es un ilustrador y diseñador malagueño. Su obra está llena de detalles donde un trazo cuenta la historia del otro trazo. El tatuaje tradicional, el mundo de Walter Lantz, Egon Schiele, el espacio, las moscas y el mar aparecen de forma recurrente en todas sus ilustraciones, donde abundan los retratos como forma principal para plasmar su particular visión del mundo. Aunque su trayectoria es larga, nunca hasta la fecha nos había desvelado algo tan íntimo y personal como su infancia.


Agu Méndez se crió viendo la televisión, leyendo tebeos y deborando libros. Pero especialmente el cine y la televisión han sido una base importante de su formación y del desarrollo de su imaginación. Ahora quiere devolverle el favor al séptimo arte de la mejor manera que puede hacerlo un ilustrador: dibujando.