Una conferencia advierte de la necesidad de combatir el uso sexista de la mujer en la publicidad, que supone un retroceso de sus derechos

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(Prensa Ayto Torremolinos) Los derechos de la mujer continúan siendo una lucha en cuanto a los procesos de integración en lo social o lo laboral tampoco están avanzando en lo que se refiere el uso sexista que se realiza de su imagen para su explotación comercial. Así lo ha advertido hoy la profesora titular de Sociología del Género de la Universidad de A Coruña y directora del Centro de Estudios de Género y Feministas de la misma institución, Rosa Cobo, que afirma que existe, en este aspecto, un retroceso de los logros cosechados por el feminismo radical en la década de los 70.

Cobo ha sido la protagonista hoy de la primera conferencia-ponencia que se celebra en el marco de la mesa técnica creada por el Ayuntamiento de Torremolinos para elaborar una ordenanza municipal de publicidad no sexista que será pionera en España. El acto ha estado presidido por la concejala de Empoderamiento Social, Aida Blanes, y en ella ha participado una nutrida representación de asociaciones de mujeres y responsables de los departamentos del Ayuntamiento con competencias en esta materia que integran esta mesa de trabajo.

Blanes, que ha estado acompañada de la presidenta de la Plataforma contra los Malos Tratos contra la mujer Violencia 0, Meli Galarza, ha enmarcado la conferencia como una de las actividades de la mesa técnica, creada el pasado 6 de septiembre. La concejala se ha referido a la importancia que el Ayuntamiento le da a la implementación por parte municipal de iniciativas contra la violencia de género en cualquiera de sus formas, en este caso la explotación publicitaria de la mujer. “Vamos a hacer un gran trabajo aunque parece que este no termina nunca y en el que siempre hay que seguir avanzando”, ha asegurado.

Cobo ha reflexionado en este foro sobre la “constante histórica” de ‘sexualización’ de la mujer de la mujer. En el caso concreto de las décadas de los 70, 80 y 90 del siglo XX pasado, la profesora ha establecido la diferencia entre la primera de esas décadas en que con la irrupción del concepto de la ‘libertad sexual’, y gracias a la lucha feminista, se lograron avances si bien entendidas de forma desigual por hombres y mujeres.

Si bien los 70 permitieron al poder político y al Estado adquirir conciencia respecto de la oportunidad de “hacer políticas que pudieran cambiar la vida de las mujeres”, y de ahí la formulación de leyes a favor del aborto o contra la violencia de género, la década 80 supuso un retroceso que se hizo aún más acusado a partir de los 90, ha relatado.

Según la profesora universitaria, la entrada en juego del neocapitalismo liberal  “que convierte en mercancía todo aquello que se encuentra a su alrededor” tuvo su efecto directo sobre la publicidad y el regreso al modelo del sistema patriarcal, con dos desarrollos. Uno intentando recuperar el viejo modelo de la feminidad más tradicional, es decir, domesticidad y cuidados. Se propone a la conciencia de la época que las mujeres vuelvan a casa y a cumplir papel de ser madres y esposas, es decir, al espacio de la familia patriarcal dominado por el varón”; el otro, “apelando a la libertad sexual para configurarlo como un derecho masculino”. “Esa idea se va a instalar en el imaginario colectivo y la sociedad no lo va a abandonar nunca desde entonces: va a disminuir, se va a reducir, tuvo mayor o menor peso pero nuca ha dejado de estar en el ‘centro simbólico de la sociedad’”, ha advertido.

Cobo ha señalado como conceptualmente, la mujer sigue siendo vista como en su rol de figura que debe ser hogareña, pero sexualmente atractivas para sus compañeros. De uno u otro modo, “cada vez que se produce un avance en los derechos de las mujeres, en los derechos de grupos históricamente en posición de desigualdad y discriminación, cada vez que hay avances, siempre hay momentos reactivos”, punto en el que nos encontraríamos en la actualidad –ha llamado la atención-. Esta pérdida de derecho de la mujer queda patente en la “sobrecarga de del componente sexual sobre las mujeres”, “especialmente visible en la estructuras simbólicas (el imaginario colectivo): la publicidad, la pornografía, la cultura y la exaltación de la sexualidad entre nuestra adolescencia”, ha advertido.