Helena Adba: Los desmanes del concejal de obras en la Plaza de Abajo

Tiempo de lectura aprox: 6 minutos, 13 segundos

201703 ASAMBLEA VECINAL 01

Como en toda obra que afecte al urbanismo hemos de mantener un principio básico inalterable por convicción: la preservación de la accesibilidad universal, sostenible y saludable.
Pensamos que, sin coherencia, en las decisiones que se adoptan, no se puede hacer frente al reto obligatorio de equidad (justicia social) que ha de caracterizar al ser humano del siglo XXI y, por ende, a las administraciones; no cabiéndonos en la cabeza que, teniendo por delante unas obras, no se quieran aprovechar para resarcir tanta injusticia a las personas con diversidad funcional.

Una vez fijado este principio, centrando la cuestión en las obras que se acometen en la plaza de Abajo (plaza de la Constitución), lo primero que hemos de valorar es el comportamiento mantenido por el Equipo de Gobierno (C´s & PSOE), en este caso, por el Concejal de Obras, como persona con delegación, por la Alcaldía, de las competencias y responsabilidades en esta área.

Obviamente, lo primero que llama la atención es su incongruente discurso desde que se iniciaron las obras que se ejecutan en el pueblo.

Inicialmente quiso aferrarse a la idea, que pretendió mantener como inalterable por precepto legal, de que las obras no podrían contemplar modificaciones de calado, puntualizando que al Ayuntamiento le era imposible realizar modificaciones sustanciales. Lo que no dijo nunca qué entendía él por modificaciones de «calado», pues a lo largo de la ejecución de las obras se han podido observar modificaciones significativas, que no son cuestionables, como, por ejemplo, cambiar el adoquinado por asfalto en el tramo que va desde la biblioteca municipal del pueblo hasta la glorieta realizada en la bifurcación entre la avda. de México y la avda. Virgen de la Peña.

Con el ejemplo indicado queda desacreditada esa máxima que ha venido esgrimiendo el Concejal de Obras, resultando evidente que el proyecto se ha podido alterar esencialmente, eso sí, se han originado los cambios que él ha tenido a bien considerar.

Siendo conscientes de este hecho, los trabajos que se ejecutan en la plaza de Abajo no tienen nada que ver con el proyecto original, en lo que respecta a la disposición de una única superficie sin desniveles entre calzada, aceras y plaza, y ello no porque la votación popular hubiera mostrado esta preferencia sino porque lo ha tenido a bien considerar el Concejal de Obras, decisión cuyos motivos tendrá.

Pero, como criterio personal del Concejal de Obras, tenemos que manifestar que censuramos que sus instrucciones hayan alterado sustancialmente las obras en la plaza de Abajo, ejecutándose alejadas del concepto esencial que impregna el proyecto y que sí hemos defendido siempre: accesibilidad universal, sostenible y saludable, un concepto humanista del urbanismo del siglo XXI y que para nada está reñido con el respeto y protección de conjunto histórico artístico que defendemos para el casco histórico de Mijas Pueblo y su entorno.
El caso es que, esas modificaciones sustanciales que se están ejecutando en la plaza de Abajo, entre las cuales tenemos que se han fijado distintas alturas entre la superficie de la plaza y la calzada que la circunvala, ha traído como consecuencia un gran problema, que quisiéramos encuadrar dentro de las improvisaciones del Concejal de Obras, aun no creyendo en las casualidades en unas actuaciones sobre las que están técnicos municipales y privados velando porque no se den.

Dichas modificaciones han comprometido seriamente la integridad de la plaza de Abajo, dañando seriamente su forma geométrica tal como la conocemos. Nos explicamos: al optar por distintas alturas (la plaza estaría a un nivel superior a la calzada) la normativa obliga a contemplar vados (que además deberán ir con un piso de botonera) en los entronques de los pasos de peatones con el perímetro de la plaza, teniendo estos que injerir en la superficie de la plaza, salvo que entre sus caprichos esté incluso la vulneración legal que los contempla, alterando el acabado superficial de las rampas. Este hándicap de los vados puede casi pasar desapercibido en las aristas Norte, Este y Sur (el desnivel entre calzada y plaza es pequeño, por lo que la injerencia del vado en la plaza es menor), pero nos encontramos con un fuerte contratiempo en su arista Oeste al tener un desnivel de 30 cm, aproximadamente, situación difícil de sortear al menos que elimine este paso peatonal, infringiendo otro varapalo a la movilidad universal. Este dato es escalofriante, pues una rampa que tuviera que tener una pendiente máxima del 10% (según el Decreto 293/2009, de 7 de julio, por el que se aprueba el reglamento que regula las normas para la accesibilidad en las infraestructuras, el urbanismo, la edificación y el transporte en Andalucía) obligaría a que el vado injiera en la plaza 3 m, por el ancho que tenga el paso de peatones. ¿Se pueden imaginar esa rampa a la altura aproximada de la farmacia con 3 m dentro de la plaza de Abajo? Prácticamente, casi obstaculizaría el paso de personas por esta cara de la fuente.

Al ser una barbaridad dicha solución se barajan alternativas de recorridos peatonales, que permitan desde el acerado de la fachada de la farmacia acceder a la plaza de Abajo o viceversa (se ha de comunicar la acera con la plaza por un recorrido peatonal seguro). La solución alternativa escogida ha sido disponer en la esquina del restaurante Mirlo Blanco un paso de peatones para cruzar desde la acera de la farmacia.

El caso, más bien el drama, es que esta solución se ha dado con el adoquinado ya instalado, por lo que el paso de peatones se ha tenido que pintar sobre la superficie de la calzada recién acabada. Por menores meteduras de pata han sido cesados otros responsables políticos, pues no es una cuestión baladí en una obra recientemente concluida tener que improvisar un paso de peatones pintado. El fuerte contratiempo supone una alteración estética y paisajística para ese rincón emblemático que supone esa fachada de La Bóveda, infinidad de veces fotografiado e inmortalizado, siendo sembrada esa imagen de Mijas por el mundo.

Mijas no puede permitirse la pérdida de otro icono turístico por unas obras que le están arrancado a trozos su identidad, no está la situación para tamaño despropósito, más bien para protegerlo a toda costa ¡Ya está bien!

Nuestra propuesta.
Dicho todo lo anterior, insistiendo por indispensable en el principio básico inalterable por convicción: la preservación de la accesibilidad universal, sostenible y saludable, hemos de exigir al Concejal de Obras que respete el proyecto, sea fiel a su máxima inicial de que no admitía modificaciones de calado, para que la plaza de Abajo esté a la misma altura (cota de nivel) que la calzada que la circunvala, en todos los puntos de su perímetro.

Con ello, se salvaría la integridad física de la plaza de Abajo, eliminado los vados, con piso de botoneras, de acceso a los pasos de peatones, que serían instalado donde estaban proyectados sin necesidad de adaptar las diferentes alturas.

Otra cosa bien distinta es ver alterada la estética visual que producen los materiales que se han proyectado en los acabados superficiales, mobiliario urbano, la vegetación y arboleda prevista instalar…
Resulta evidente, hecho el acto de fe de creer en la palabra del Concejal de Obras (de que no se podría alterar sustancialmente el proyecto), que esa sin razón nos ha conducido a un pueblo enchapado en granito (material ajeno a la estética andaluza en los acabados urbanos), a la elección de un mobiliario urbano de estilo modernista y de rasgos rectilíneos que se distancian del tipismo de pueblo andaluz y que la vegetación y arboleda elegida nos aleja del ajardinamiento de parques o plazas andaluzas.

Motivados por lo anterior, nuestro requerimiento al Concejal de Obras se basa en que el acabado superficial de la plaza de Abajo (sobre la calzada no nos pronunciamos al estar concluido el adoquinado de granito, cuya elección no compartimos) sea respetuoso con el hecho histórico arquitectónico andaluz y contemple las peculiaridades históricas de la plaza, no valiendo a esta altura el pretexto de que no se pueden realizar ciertos cambios de calado.
En este sentido, el acabado superficial del piso de la plaza de Abajo entendemos que ha de ser de canto rodado, cuya características y colorido sean adecuadas para las pisadas de personas. Igualmente, la delimitación del perímetro de la plaza tiene que ser realizada con bloques de mármol, tallados a mano, recomendando que se usen los existentes tras su restauración.

En lo relativo al mobiliario urbano, urgen la restauración de los bancos, las farolas centrales y la fuente de mármol, originarias de la plaza de Abajo.
En cuanto a la jardinería, optamos por la plantación de arboleda a base de naranjos amargos, árbol típico de la jardinería andaluza en plazas y espacios públicos, sobre todo de pequeñas dimensiones, erigiendo un rincón donde se ubicaría un jazmín, sin olvidar la plantación de una palmera datilera que repondría la pérdida de la ubicada en la encrucijada entre la plaza de Abajo y la avda. del Compás; y en los arriates vemos aconsejable la plantación de plantas aromáticas (tomillo, romero, hierba buena…) combinadas con rosas, petunias y geranios, pudiendo estar estos últimos en macetas y/o orzas junto con rocallas de travertinos. Para la protección de las jardineras se podría tener en su perímetro un seto de boj, cuya capacidad para soportar cizallamiento frecuente, ser dúctil cuando se quieran podar y dar formas geométricas perfectas, hace que este árbol-arbusto de hoja perenne sea una de las «planta de frontera» recomendable.

Finalmente, dentro de nuestra apuesta sin fisura por una movilidad universal, definida como: la preservación de la accesibilidad universal, sostenible y saludable, teniendo como eje central en el diseño urbano, queremos tender hacia la peatonalización del casco histórico; y decimos bien tender, pues somos conscientes de lo complicadas y polémicas que son estas decisiones dentro de sociedades poco dadas a cambios en sus hábitos y conductas. Pero la realidad es contundente y nos confirma que los pasos que se dan en este sentido en entornos urbanos como el que se aborda producen efectos beneficiosos que van desde un repunte en el comercio, un significa el reclamo turístico, se produce una mejora de la calidad de vida de quienes residen en la zona urbana que se aborda… deparando un cambio sustancial en las personas que se oponían a su implantación, pasando a ser las mayores valedoras de su consolidación.

Nuestra propuesta pasa por un paso inicial, en periodo estival, que limite la entrada de vehículos al centro histórico en un horario de máxima afluencia turística que permita la visita cómoda y placentera de los bonitos rincones que tiene Mijas. Los vehículos podrían tener habilitado el paso en un horario que iría desde primeras horas de la noche, cuando la afluencia turística baja, hasta la hora estimada de la mañana en la cual se cerraría el paso a los vehículos, dejando un centro histórico despejado para el peatón.
Para dicha prueba, el corte al tráfico se puede realizar como mejor estime la Policía Local, para pasar a elementos automatizados cuando acontezca a una fase más avanzada.
Otra cuestión será dónde aparcar los vehículos, ante las promesas por escrito incumplidas.