Propuestas económicas de UPyD

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Felipe Córdoba

Desde el inicio de la crisis, en Europa se viene aplicando una política económica que esencialmente se está decidiendo por un único País, por Alemania, es cierto que es el País más importante de la Unión Europea, pero no deja de ser solo uno de los países de la Unión Europea.

 

Sin embargo, España ha sido uno de los más fieles y entusiastas discípulos de esta política económica y solo hay un pequeño inconveniente y es que esta política económica ha fracasado, y esto no es una opinión, es un hecho incontrovertible, ahora mismo las tres mayores economías de la zona del euro, Alemania, Francia e Italia están todas en desaceleración y el BCE informa de que la economía de la zona del euro está en punto muerto, y no solo es la producción, la inflación también es preocupante dado que hay un riesgo de deflación, e independientemente de que ese riesgo se materialice, inflaciones tan bajas hacen más difícil el desapalancamiento, el desendeudamiento de las economías.

Por otro lado es muy difícil que la economía española remonte el vuelo si está integrada en una zona estancada, dos tercios de nuestras exportaciones van a países de la zona euro, y este débil atisbo de crecimiento del 1,25% va a ser difícil que se materialice en un entorno estancado, pero no solo hay que hacer autocrítica de la política económica en Europa también hay que hacerla por el propio gobierno español que ha apoyado con entusiasmo esa política que ha fracasado.

Otra política económica es posible
Por Álvaro Anchuelo

Todos los gobiernos tienden a presentar su política económica como la única posible y el actual no ha sido una excepción. Sin embargo, UPyD propone numerosas alternativas, muchas de ellas defendidas en solitario frente al resto de partidos. Creemos que permitirían articular una estrategia de política económica mejor que la que se está aplicando hasta ahora. En esta sección se resumen algunas de las propuestas más representativas.

Un problema clave sigue siendo el de la reducción del déficit público. Todavía es enorme y la deuda pública alcanza ya niveles preocupantes (acercándose al 100% del PIB, algo inédito desde hacía un siglo). Propugnamos, por tanto, la necesidad de equilibrar las cuentas públicas. Las diferencias con otros partidos residen en cómo conseguirlo. UPyD es el único partido que señala que hay un problema de gasto, no sólo de ingresos. La composición del recorte del gasto es crucial. Hay que respetar I+D, educación, infraestructuras productivas (por sus efectos sobre el crecimiento) y el gasto que mantiene la cohesión social. ¿Qué recortar entonces? Prioritariamente gasto superfluo de los distintos niveles de las administraciones: fusionar ayuntamientos, suprimir las diputaciones provinciales, eliminar entes autonómicos y municipales que duplican los del Estado (tribunales de cuentas, defensores del pueblo, agencias meteorológicas, embajadas, fundaciones…). Calculamos en 40.000 millones de euros anuales los potenciales ahorros.

Por el lado de los ingresos, además de potenciar la lucha contra el fraude (más medios para la AEAT), de nuevo aparecen los problemas de mal diseño del Estado autonómico. El cupo vasco y la aportación navarra suponen privilegios económicos inadmisibles en el siglo XXI. Hay que homogeneizar impuestos entre CCAA, como los medioambientales, patrimonio o sucesiones. Esto ha de hacerse en el marco de una reforma fiscal que rebaje los impuestos a las rentas que hoy pagan demasiado (las del trabajo, rebajando el IRPF de forma más ambiciosa de la que parece proponer el Gobierno) y eleve lo que pagan las que contribuyen demasiado poco vía elusión (eliminando deducciones, generalizando la transparencia fiscal?) o fraude.

Otra propuesta que distingue a UPyD es la del contrato único indefinido con indemnización creciente como forma de combatir la precariedad y estabilizar las relaciones laborales. Esta propuesta cuenta con el aval tanto de premios Nobel como de diversas organizaciones internacionales.

UPyD se ha distinguido también en la lucha por la unidad de mercado dentro de nuestras fronteras, un tema que pusimos en la agenda política y que se ha resuelto solo parcialmente. El combate contra la morosidad, especialmente la pública, ha sido otro de nuestros empeños.

En materia de protección social y lucha contra la pobreza, proponemos (de nuevo en solitario) la homogeneización de las rentas mínimas de inserción autonómicas, el último escalón de protección, hoy sujetas a notables desigualdades en contra de los ciudadanos de las CCAA con mayores problemas.

Una economía de mercado no puede funcionar bien si sus instituciones no lo hacen, si no existe independencia de los supervisores (CNMV, CNMC, Banco de España) o peligra la seguridad jurídica. La reforma del CGPJ, la lucha contra la corrupción y la exigencia de responsabilidades por Cajas y preferentes se insertan en esta línea.

Felipe Córdoba (UPyD Alhaurín)