Artículo Periodístico 1.002º: “Creaciones: Pinos en la niebla de Tohaku”.

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                        0. El díptico de los Pinos es una de las obras maestras y clásicas del arte japonés, realizada por Hasegawa Tohaku en 1580.

                        Si el mundo es ya, de hecho una globalización, tenemos que empezar a aprender-aprehender de las obras del espíritu-cultura-mente de otras civilizaciones, para entender-comprender otros aspectos de la realidad-mundo, de nosotros mismos, de los otros. Aquí tenemos un gran ejemplo.

                        1. En tiempos que casi todo tiene un precio y casi todo tiene valores mercantiles, esta obra, nos enseña que la pintura es algo más que la pintura, en este caso las tintas es algo más que las tintas, el negro-gris-veladuras-blancos-vacíos es algo más que negros-grisallas-blancos-vacíos.

                        – En occidente se teme el horror vacui, el horror al vacío, es decir, toda la superficie del cuadro está lleno de color, en oriente, se dejan espacios en blanco, sin pintar. Se busca diríamos la interioridad-exterioridad. El silencio interior-exterior y exterior-interior. La meditación del silencio, la meditación ante el paisaje, la meditación ante una obra de arte. Y el autor, tiene que hacerse el silencio antes de construir esa obra. La obra en cierto modo no importa, solo diríamos la actitud-aptitud del autor, solo la actitud-aptitud del que medita, no simplemente el que la ve, no solamente el que la contempla, sino el que la medita, el que llega al silencio-vacío interior. No para meditar la obra, sino para meditarse él mismo o ella misma en la obra.

                        – Al entrar, no solo ver, en la pintura, en este caso hecha con tintas, diríamos negros y grises y blancos del vacío, entras en el interior, en el interior de esa pintura, en el interior de uno mismo, en el interior del paisaje. Lo que importa es lo que está en el interior de una entidad-ente-cosa-objeto. Sea el interior de una casa, sea el interior entre las ramas de las hojas de unos árboles, sea el interior de un ser humano. Al final, el mundo o paisaje es el interior vacío o el vacío es el mundo-paisaje. Ecos de Demócrito-Heráclito occidentales, podríamos medio traducir.

                        – Hasegawa Tohaku (1539-1610) con esta obra de Pinos en la niebla,  se considera esta pintura Tesoro Nacional, llega al culmen del arte japonés, y es la distinción más alta que la sociedad japonesa otorga a una pintura. Esta pintura está formada por dos biombos de seis paneles cada uno, de 156 por 346 cms., cada uno, conservado actualmente en el Museo Nacional de Tokio.

                        Si Leonardo indicaba que la pintura es arte mental o es lo mental, en la traducción que se quiera interpretar, diríamos que esta pintura, monocromática de tintas negras y sus infinitos matices, es desde luego un caso excelso y egregio que la pintura es algo mental, que la pintura es mental, y que la gran pintura, sea en Oriente o en Occidente, en el Norte o en el Sur es algo mental-metafísico, quizás desde Chauvet.

                        – Al ver-mirar-admirar-contemplar esta pintura, surge de dentro los colores de uno mismo, las alegrías-tristezas-pesadumbres-felicidades de uno mismo. Hasta llegar a la puerta del vacío-silencio y atravesarla, o quedarse delante de ella, y continuar con los recuerdos-pesares-alegrías… El gran arte, sea una pequeña pincelada o un gran mural, es inmenso, no por la extensión del objeto físico, sino por la grandeza-extensión hacia dónde nos lleva-dirige-conduce. En definitiva, todo ser humano es un enorme desierto inmenso, un enorme mar inmenso, un enorme bosque inmenso… No sé, si hoy, cuántos seres humanos en Europa, entienden el arte-pintura de este modo, sea con el estilo-tendencia-ismo que sea, porque al final, el movimiento, abstracto-figurativo oriental-occidental es lo mismo. La pintura es más que pintura, es metapintura. Me pregunto cuántos de los que beben del nido-mar de la pintura, son capaces de entender-comprender esto de verdad, no de hablarlo-dialogarlo. Cuántos entenderían si una “pintura” de un desconocido tiene estos parámetros o no los tiene, o pasaría sin pena, ni gloria por sus ojos.

                        – No sé si el ser humano de hoy está preparado para este arte, esta pintura que diríamos es mental-metafísica-espiritual, que intenta llegar a lo más hondo de la realidad exterior, para intentar de ese modo arribar a lo más hondo del ser humano interior. Que es una especie de caleidoscopio lleno de espejos para que el sujeto que la contempla, el sujeto que la realizó sea capaz de ir más allá del silencio y más allá del vacío, más allá de sí mismo para llegar a sí mismo. Evidentemente esta pintura está dentro de la concepción del taoísmo, del Zen, de las filosofías orientales, de la meditación budista, etc.

                        2. Para terminar quizás, esta pintura, se merezca el silencio de palabras. Quizás, sea necesario no escribir más, sino el lector que se haya acercado a estas frases, vaya a beber y contemplar aunque sea en una imagen fotográfica de esta pintura a tinta, monocromática, y quizás empiece a observar detalles, observar silencios, observar vacíos, observar ranuras de dentro de si mismo, al estar lleno de sinfonías de voces y de silencios.

            http://personal.cim.es/filosofía           © jmm caminero (06 junio-10 noviembre 2017 cr).

Fin artículo 1.002º: “Creaciones: Pinos en la niebla de Tohaku”.