El Ayuntamiento de Ojén comienza a analizar los excrementos de perros en la vía pública para multar a sus dueños

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Antes de que se hayan impuesto las primeras sanciones, ya se ha percibido un notable descenso de deposiciones en las calles.

(Prensa Ayto Ojén) El Ayuntamiento de Ojén ha puesto en marcha la última fase de la iniciativa que pretende eliminar los excrementos de animales de los viales públicos, con el inicio de los análisis de las heces que se encuentren en las calles, para proceder después a la localización de sus dueños y posterior sanción.

«Con esta medida pretendemos dar una solución definitiva para concienciar a los vecinos de la necesidad de recoger las heces de sus mascotas, no solo por un asunto de limpieza, sino también por higiene y salubridad», ha apuntado el alcalde de Ojén, José Antonio Gómez, quien ha indicado que se realizarán batidas especiales con carácter mensual, además de las recogidas diarias que realicen los operarios.

En este proceso estará siempre presente un miembro de la Policía Local que levantará acta de dicha recogida y que se encargará de verificar que la custodia y traslado de las muestras al laboratorio se realice correctamente. Una vez allí se analizarán, comparando su perfil genético con los ya registrados, se identificará al animal y en consecuencia, a su dueño.

Asimismo, el regidor ojeneto ha querido destacar los efectos que esta iniciativa ya está teniendo «incluso antes de que se haya puesto la primera multa». Tanto es así, que desde que se anunciara que se iba a sancionar a quienes no recogieran los excrementos de sus animales, «hemos constatado un notable descenso del número de heces depositadas en las calles».

De igual modo, ha recordado que esta medida también servirá para identificar a quienes abandonen o maltraten a sus mascotas, ya que gracias al banco genético de perros es posible identificar a cualquier animal que esté registrado, así como a sus descendientes.

Finalmente, Gómez ha recordado que la ordenanza que regula la tenencia de animales que viven en el entorno humano establece de manera clara una serie de infracciones clasificadas en leves, graves y muy graves. Entre ellas se encuentran dar de comer a los animales en la vía pública (leve), no recoger las deposiciones fecales (grave) o abandonarlos (muy grave). Las sanciones oscilan entre los 60 y los 300 euros en el caso de las leves; entre 301 y 1.500 euros en las graves y desde los 1.501 hasta los 15.000 en las muy graves.